Comentario de El Horla por Guy Maupassant

Guy Maupassant fue un novelista francés que vivió de 1850 a 1893. En lo personal, me parece realmente vital tener en consideración lo que fue de la vida del autor a la hora de analizar éste cuento en particular; Guy Maupassant provenía de una familia de aristócratas pensadores aunque recibió una educación religiosa, fue expulsado del seminario, y entre tantos de los acontecimiento que le sucedieron después, comenzó a dedicarse a la literatura. Publicó su primer cuento célebre Bola de Sebo y produjo más obras de carácter naturalista a lo largo de su vida. Lo peculiar en éste hombre fue el hecho de padecer durante toda su vida de graves trastornos nerviosos que lo llevaron a que en el año de 1892 intentase suicidarse para terminar siendo internado en el manicomio de París, lugar donde agónicamente murió después de dieciocho meses a causa de una parálisis general. El Horla es un cuento de terror publicado en 1887.

El Horla

Ahora bien, cuando comencé a leer el cuento El Horla, no me sorprendió en absoluto el descubrir a éste personaje mentalmente desequilibrado que creía ser acosado dentro de su propia casa por éste ser invisible y ultra desarrollado, según nos describe a lo largo del cuento que el autor ha redactado a modo de diario del personaje principal. Y es así que nos lleva a lo largo de toda una travesía sobrenatural que a momentos nos hace dudar de la veracidad de los hechos relatados por el personaje; es siempre interesante ver la forma en que estos dos seres -el autor del diario y el Horla- interactúan y el tipo de relación que llevan, de acuerdo al hombre que escribe el diario, el Horla es capaz de tomar posesión de su cuerpo, puede manipular objetos tangibles y no tiene un cuerpo que sea visible a sus ojos; el Horla toma por cautivo al autor del diario y dueño de la casa donde se desarrolla prácticamente todo el cuento, éste hombre odia con todo su ser a esta criatura sobrenatural dado que su presencia lo vuelve loco, trata de aprender sobre ella en un principio, pero pierde la cabeza al intentar deshacerse de la existencia de éste ser para así, al fin, tomar un descanso de todas esas sensaciones de estar siendo observado, seguido o manipulado.

El Horla es nombrado así por el mismo autor del diario aunque nunca se nos aclara la razón del llamarlo así, y no es que la palabra exista en realidad, al menos no existe un significado para esta, a parte del que nos es ilustrado por el autor. La resolución del personaje principal al final del cuento es algo que causa impresión en cualquiera que lo lea, porque llegar a la resolución de que no habrá otra forma de matar a el Horla más que suicidandose, dado que vive dentro de él, es la evidente prueba de que su obsesión por la criatura llegó a un punto en que no supo diferenciarlos a ambos como personas distintas.

Es un cuento extenso, sí, pero redactado de una forma dinámica y con una trama hipnotizante que te hace interesarte por lo que sucederá a continuación. Vale totalmente la pena leer algo de éste autor que sufrió tanto en vida, pero que también produjo estos atrapantes cuentos con los que el lector puede verse reflexionando sobre temas profundos en muchas ocasiones.

La imagen adjunta fue tomada de:

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