Reseña de Vida de Ma Parker

La Vida de Ma Parker es un cuento donde la escritora modernista de origen neozelandés, Katherine Mansfield, retrata la vida de una mujer anciana que trabaja limpiando la casa de un caballero literato una vez por semana.


Katherine Mansfield (Kathleen Beauchamp; Wellington, Nueva Zelanda, 1888 - Fontainebleau, Francia, 1923)

Pero, me parece válido realizar éste planteamiento: ¿El título del cuento es ese porque realmente relata su vida, o porque ni si quiera hay vida qué contar?


Ma Parker es una anciana que ha llevado una vida difícil desde siempre. Preocupándose por los demás y dejándose de lado a sí misma. Todos las circunstancias que acontecen en su vida, y que nos son narradas o descritas en el cuento, nos ayudan a reafirmarnos en el supuesto de que su vida es tan desafortunada y triste que ni si quiera tiene cabida para alguna desgracia más.
Y es por eso, que cuando Ma Parker se ve en la dolorosa obligación de presenciar el entierro de la única persona preciada y amada, que ella consideraba tener en el mundo. Su único nieto, Lennie, un chiquillo enfermizo, había sido enterrado el día pasado en el que te sitúa la autora en el cuento; Ma Parker entonces acude a su trabajo para seguir con su rutina, y en la entrada de la casa ajena es recibida por su empleador, el caballero literato. El cual, pregunta por el difunto, por mera curiosidad o fingida cortesía y al enterarse de los recientes hechos no puede hacer más que llenarse de incomodidad, puesto que es un personaje desinteresado de los demás, que no parece ser capaz de sentir empatía en ningún momento. Por eso, una vez que el momento pasa, el literato sale de casa dejando sola a Ma Parker sumida en su mundo reflexivo, y a la deriva de sus pensamientos.

Y así fluye la historia, con Ma Parker tratando de seguir con sus obligaciones cotidianas, alternando entre escenas de recuerdos de la anciana y pensamientos acerca de las cosas vividas años atrás. Entonces llega a un punto donde la presión es tanta y el sentimiento de extrañar al difunto ser querido, añadido a la imperiosa necesidad de desahogarse, acompañada del desgarrador pensamiento de: “¿Qué he hecho?” hacen que Ma Parker llegue a su límite. Deja todo lo que estaba haciendo y sale a la calle en busca de un buen lugar donde pueda sacarlo todo, donde pueda drenar todos esos sentimientos que la asfixian y la hacen sufrir. Pero, ¿dónde puede hacerlo? ¿Cuál es ese lugar que le dé la tranquilidad para llorar? ¿Acaso existe?
Toda su difícil vida se la ha pasado reprimiendo esa naturaleza humana que nos exige llorar, que nos ayuda a deshacernos de las malas sensaciones. Y ahora que quiere hacerlo, que lo necesita, simplemente no puede. No puede porque no hay ningún lugar donde dar rienda suelta a esa catarsis de dolor y lágrimas.

“No, aquél sitio no existía.”

Vida de Ma Parker es un bello y melancólico cuento, que refleja la extrema soledad en la que puede vivir una persona.

Vida de Ma Parker da un profundo vistazo a dos tipos de ser humano; el caballero literato parece casi no tener protagonismo, pero ciertamente es una figura que sirve de contraste con el personaje de Ma Parker.

Uno es un hombre intelectual, que no ha desarrollado ese lado humano que lo haga empatizar con la situación, haciendo que la pérdida de su empleada pase a segundo plano en sus pensamientos, que está tan perdido y ensimismado en él, que no se da cuenta de las formas en que podría ser de ayuda para el prójimo.

La otra es una mujer anciana, que se preocupa y es capaz de ser compasiva y sensible con personas que no merecen ni su mínima atención. Por eso que ella misma es la que pasa a segundo plano en su propia vida, porque ni si quiera tiene una, al menos no una vida fuera de atender las necesidades ajenas. Está tan preocupada por los demás que no puede ver el daño que se auto inflige.
Ambas son personas que están en dos extremos opuestos. Pero lo que tienen en común es que ambos son gente que viven en soledad.


Las imagen adjunta fue tomada de:

https://bit.ly/2NxrIoD


Comentarios

  1. Voy a leer ese libro. Yo creo que como personas no debemos ser extremistas, sino buscar un punto medio para no sucumbir. En pocas palabras:" ni tanto que queme al santo* ni tanto que no lo alumbre", según el dicho popular mexicano.

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